Perelló: Icono del machismo y la cultura de la violación





La violación implica necesariamente verga. Si no hay verga no hay violación. Con palos de escoba, dedos y vibradores no hay violación. Hay una violación a la dignidad, pero de esas hay de muchos tipos.  Estas son algunas de las frases que el matemático y periodista Marcelino Perelló Valls externó en sus comentarios durante la emisión del programa "En sentido contrario".

Ante las declaraciones las reacciones en las redes sociales no se hicieron esperar. El audio se viralizó tanto en Facebook, como en Twitter,  Más de 23 mil tuits sobre el tema lo colocaron como una de las tendencias del día pero ¿no debería ser tendencia de todos los días el hablar de asuntos tan importantes como la cultura de la violación en México? Pareciera que no. 

Se prende una mecha. La gente tuitea y postea enardecida y a los tres días nadie recuerda lo que sucedió.

Día con día amanecemos con historias de horror que se viralizan pero no hacen ningún cambio en la sociedad. No se ataca de fondo el problema del machismo en México en donde hasta sus intelectuales, tanto hombres como mujeres, han sido ejemplos de ello.

El problema radica desde el privilegio y clasismo con que operan las personas como Perelló. Matemático, profesor de una de las universidades más reconocidas de México, colaborador de uno de los periódicos con más credibilidad en el país, hasta ex líder del movimiento estudiantil del '68. Todas estas virtudes, toda esta piel de oveja, encima de un gran lobo. Un machista que justifica el acto de violación. Un hombre genial, no distinto de muchos otros, que durante milenios han creído que la mujer es una cosa inferior a la que se le puede hacer, o decir, lo que venga en gana por que ella no tiene boca, ni fuerza, ni lenguaje para protegerse.

Basta ver como minimizan a Dafne, violada a los 17 años por cuatro mirreyes, en Veracruz. Ni siquiera repara en su nombre, la llama “La chava a la que le metieron los dedos”. Borrar u omitir el nombre de la persona es minimizar su existencia y, ¿no es acaso lo que durante siglos han hecho los hombres con la mayoría de las mujeres? 

Minimizar nuestra existencia es minimizar nuestros problemas. Que un tipo te meta los dedos, un palo, que te griten en la calle cuando caminas, que te toquen, que te violen está bien. Está bien por que una eminencia o intelectual lo dice. Si dice que tu gozas, o que sólo has tenido un orgasmo por medio de la violencia, está bien. Él puede decirlo. Tiene con qué. Todos sus méritos lo hacen creíble, al menos eso es lo que el machista cree.

Sí, sucede, sobre todo con las viejas cuero. Incluso por la violación, no hay porque desgarrarse las vestiduras. Si les gusta, no te hagas pendeja. Hay mujeres que solo han sentido un orgasmo cuando son violadas. Eso es algo registrado en la literatura especializada. Cuando no hay culpa, cuando te violan, entonces tú no tienes ninguna responsabilidad. No me negarás que en los juegos sexuales está implícita la violencia, la violación, sentenció Perelló.

Aquí hago un largo paréntesis: 

Es curioso como la sociedad le ha enseñado al hombre a articularse en el mundo. Si tienes el mínimo de poder puedes usarlo contra los que crees inferiores a ti. Tienes todo este intelecto, tienes la fuerza, el privilegio de ser hombre y, por tanto, de que tu voz tenga mayor validez. Entonces puedes decir que las mujeres que tienen opinión, o que se defienden del ataque, son malcogidas, amargadas, brujas, pendejas, imbéciles. Puedes decir todo esto, puedes opinar y creer que puedes reivindicarte, que nunca has estado mal, ni lo estarás. Te defienden todos tus logros, todo lo inteligente que en la vida te has creído, hasta que de pronto despiertas.

Tras 15 años de estar al aire el programa "En sentido contrario" se cancela. El lenguaje misógino y sexista ya no tiene cabida en ningún discurso. 

Justificar el discurso de Perelló no es libertad de expresión, es cultura de la violación.

Decir y concordar con la frase: “la violación implica necesariamente verga”, ha hecho que por décadas millones de denuncias sobre violencia sexual no procedan legalmente por no comprobarse la penetración. Para el Poder Judicial  el hecho de que “la violación implique verga” tiene como resultado casos de abuso sexual no denunciados, y que otros que sí son denunciados, queden impunes. Baste remitirnos de nuevo al caso de los #Porkys.

Es 2017, no 1968. En un país feminicida callar ya no es opción. Permitir apologías de la violación de misóginos como Perelló es nunca terminar el círculo vicioso.

Es hora de destruir la rueda.



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